sábado, 25 de diciembre de 2010

ORACIÓN DEL PAPA BENEDICTO XVI AL INICIO DEL AÑO DE LA VIDA

"Señor Jesús,
que fielmente visitas y colmas con tu Presencia
la Iglesia y la historia de los hombres;
que en el admirable Sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre
nos haces partícipes de la Vida divina
y nos haces pregustar la alegría de la Vida eterna;
te adoramos y te bendecimos.
Postrados ante Ti, fuente y amante de la vida
realmente presente y vivo entre nosotros, te suplicamos.
Despierta en nosotros el respeto por toda vida humana naciente,
haciéndonos capaces de apreciar en el fruto del vientre materno
la admirable obra del Creador,
dispón nuestros corazones a la generosa acogida de todo niño ante la vida.
Bendice a las familias,
santifica la unión de los esposos,
haz fecundo su amor.
Acompaña con la luz de tu Espíritu
las decisiones de las asambleas legislativas,
para que los pueblos y las naciones reconozcan y respeten
la sacralidad de la vida, de toda vida humana.
Guía la obra de los científicos y médicos,
para que el progreso contribuya al bien integral de la persona
y ninguno padezca supresión e injusticia.
Obsequia caridad creativa a los administradores y economistas,
para que sepan intuir y promover condiciones suficientes
para que las jóvenes familias puedan serenamente
abrirse al nacimiento de nuevos hijos.
 Consuela a las parejas de esposos
que sufren a causa de la imposibilidad de tener hijos,
y en tu bondad provee.
Educa a todos a cuidar a niños huérfanos abandonados,
para que puedan experimentar el calor de tu Caridad,
el consuelo de tu Corazón divino.
 Con María, tu Madre, la gran creyente,
en cuyo vientre has asumido nuestra naturaleza humana,
esperamos de Ti, nuestro único verdadero Bien y Salvador,
la fuerza de amar y servir a la vida, en espera de vivir siempre en Ti,
en la comunión de la Santa Trinidad.
Amén".

CASAMIENTOS


Queridos novios:
y ya no serán ni uno, ni dos… serán tres, porque Cristo estará bendiciéndolos y acompañándolos en ese camino nuevo.
Y en ese momento único, nosotros quisiéramos estar junto a ustedes con la belleza de la música.

El Coro Parroquial es una institución de servicio, y les ofrece a ustedes un vasto repertorio de cantos y alabanzas armonizadas a cuatro voces y diferentes instrumentos musicales, para embellecer la ceremonia de su Matrimonio.
Debido a la importancia de este evento; y por cuestiones de organización, les pedimos hablen con nosotros en tiempo y forma, para reservar la fecha y seleccionar los cantos de su casamiento.
Entre los muchos cantos de nivel litúrgico y apropiados, por estar creados especialmente para este sacramento que uds celebrarán; encontrarán a su disposición: Grande Misterio de Amor, Cántico nupcial(marcha), Amor es servicio, Madre de los peregrinos(adaptación), Pompa y circunstancia, Mora en mí, Aleluya festivo, entre otros. Les recordamos que, de acuerdo a la ceremonia, el coro interpretará los cantos y/o musicalizaciones necesarios para acompañar cada momento.
El Coro Parroquial NO cobra por este servicio ninguna “tarifa” pre-establecida; sino que pide una colaboración acorde a sus posibilidades económicas y temporales.
Sabiendo los tiempos que corren, queremos que sepan que su aporte ayuda al funcionamiento del coro, y con la misma colaboran en forma indirecta con Cáritas y, a través de ella, con muchas familias necesitadas, ya que se destina parte a la donación de alimentos.
Jamás dejaremos de brindarnos, si ustedes lo requieren.
“…al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios…”
Dios los bendiga!!
Un abrazo en Cristo y María!
Coro Parroquial San Roque.

Como contactarnos:
* Misa del Sábado por la tarde.(Pquia San Roque –Lavalle5248-tel:4524373)
* Ensayos semanales: Viernes de 20:00 a 22:00 hs. En el templo.
* Nuestro Blog: agrupacioncoralsanroque.blogspot.com
*Nuestros teléfonos y mails:
Ma. Luz Colombini-4697346-154456122 – luzcolombini@hotmail.com
Ma. Alejandra Grenón –4552353 – 154094091 –alegrenon@hotmail.com

Oración a San Roque por la epidemia!

¡Oh glorioso San Roque! Ya que el Señor encendió en tu corazón un fuego de caridad tan grande, que viendo a personas y pueblos enteros en peligro al ser oprimidos por la peste, los asististe, consolaste y curaste con la señal de la cruz que hacías sobre ellos, siendo al mismo tiempo su enfermero, médico y medicina.
Hoy, como patrono nuestro te pedimos, por tu intercesión, como lo hiciste en esos tiempos, nos preserves del contagio de la peste y de toda enfermedad, y alcances la curación a todos los enfermos que padecen y sufren por ésta epidemia.
Ya que el Todopoderoso te concedió la gracia de librar de todas las enfermedades a los pueblos afligidos por ella, presenta todas nuestras oraciones y súplicas al Señor, para que seamos liberados de estas calamidades, y nos conserve libre de todo contagio.
Te lo pedimos también, querido Jesús, por medio de María de Guadalupe tu santísima Madre.
¡Ten piedad de nosotros! Amén.